lunes, septiembre 29, 2008

El Avivamiento que trae cambio

El Avivamiento que trae cambio

¿Qué es avivamiento?
Avivar es volver a encender una llama, o mantenerla viva con intensidad. El fuego tipifica, en las Escrituras, la gloria de Dios (Ex. 3:4; Ez. 1:4; Ap. 1:14).
También se emplea con referencia al Espíritu Santo (Nm. 9:15; Hch. 2:3).
Así como una hoguera se mantiene ardiendo colocando leña en ella, de la misma manera el avivamiento debe mantenerse encendido en el corazón del creyente. El primer Adán no necesitaba avivamiento, pues, al no conocer el pecado, disfrutaba una relación hermosa con su Creador. Fue a raíz de su desobediencia que Dios estableció mecanismos de cómo el hombre debía acercarse a Él.
El altar patriarcal, el tabernáculo de Moisés y el Templo, eran lugares donde se manifestaba la presencia de Dios.
Quienes se acercan al Señor con fe, y viven en su presencia, mantienen en su interior el fuego espiritual que purifica y aviva lo que poseen de Dios. Israel, como pueblo de Dios, experimentó desde su liberación de la esclavitud de Egipto, periodos de avivamiento. Al apartarse de su Dios, el Señor trató duramente con ellos, pues eran hijos. Israel vivía alejado de Dios, más éste, por amor a su remanente fiel, levantaba varones que fueran motores de avivamiento para su pueblo, tal el caso de Elías, Eliseo, Esdras, Nehemías, etc.
La Iglesia de Cristo, no obstante la experiencia de contemplar a un Cristo resucitado y la llegada del Espíritu Santo, comenzó a decaer en amor, al punto de acomodarse y ser, incluso, indiferente. Sin embargo, el Señor por su Espíritu ha avivado áreas del Cuerpo de Cristo en diferentes aspectos, tal es el caso de los ministerios, la revelación de su Palabra, la unción del Espíritu, los dones, etc.
La Biblia emplea cinco palabras para definir avivamiento
•Avivar; dar nueva fuerza Isaías 57,15, óseas 6,1
•Renovación; restablecer volver al primer estado salmos 51,10
•Restauración; recuperar salmos 51,12 lamentaciones 5,20
•Refrigerar, refrescar reposar hechos 3,19
•Despertar, dejar de dormir volver en si efesios 5,14 romanos13,11
II. Los Indicadores de un avivamiento
Todo avivamiento proviene de Dios y se manifiesta de diferentes formas, las cuales se constituyen en indicadores de estar realmente en avivamiento.
Entre otros podemos mencionar:
a. Búsqueda de DiosEl deseo normal de un cristiano debe ser la búsqueda continua de Dios y tener comunicación constante con Él. Esto se tipifica en la puerta de entrada al Tabernáculo, Que permitía llegar hasta sus atrios. Mantener una actitud constante de oración, alabanza y adoración, es indicativo del interés que tenemos por estar siempre en el fluir del Espíritu. El caudal del Espíritu es grande y Él desea manifestarse al creyente en toda su magnitud, por lo cual es necesaria la búsqueda incesante del reino de Dios.
b. Anhelo de consagraciónEs apartarse para Dios, esta debe ser una actitud diaria. Consagrarse para el Señor tendrá como premio alcanzar un gran galardón. El apóstol Pablo, hablando de parte del Señor, nos ruega que presentemos todo nuestro ser en sacrificio vivo y agradable (Ro. 12:1).
c. Salvación de las almasCuando recién se ha ingresado por la puerta de salvación, existe un anhelo de compartir lo que Dios ha hecho en nuestra vida. En el ceremonial del Tabernáculo, habían sacerdotes que tocaban trompetas en el Atrio, lo que significa el anunciar el evangelio. Si estamos con este fuego en nuestro interior, el Señor pondrá amor para compartir con las almas acerca de Jesús.
d. La llenura del Espíritu SantoTodo sacerdote que entraba a servir en el Tabernáculo debía ser ungido. Quien está en avivamiento, cuidará que en su depósito permanezca la llenura del Espíritu.
e. Retorno a las EscriturasLa Palabra es fundamental para engendrarnos, desarrollarnos, madurar, etc. Cuando elRey Josías recibió los rollos que contenían los requerimientos de la Ley, su corazón se dispuso para llevar a la realidad todo aquello que él consideraba como la voluntad divina(2 Cr. 34).
Hoy, a la vida del creyente, el Espíritu Santo trae, por medio de las Escrituras, lo que el corazón de Dios anhela de cada uno de nosotros, es por medio de la explicación del Espíritu como alcanzamos a conocer cual es la perfecta voluntad de Dios para nosotros. Todo avivamiento está enmarcado dentro de lo escrito en la Palabra. Es el Espíritu quien nos recordará todo lo que Jesús dijo y guiará a toda verdad.
CÓMO SE APAGA EL AVIVAMIENTO
Nadie, cuando enciende una lámpara, la pone en un sótano, ni debajo de un almud, sino sobre el candelero, para que los que entren vean la luz. Lucas 11:33
El avivamiento que proviene de Dios no se apaga, más nosotros somos responsables de que este prospere o se apague en nuestro interior, por lo tanto debemos permanecer en un constante avivamiento.
I. La lámpara, figura del cristiano
Algunos sinónimos de apagar son: sofocar, ahogar, disipar, extinguir. Así como una lámpara, figura del cristiano, debe mantenerse encendida, todo nacido de nuevo requiere de ingredientes para estar irradiando luz a los que le rodean. La lámpara que se utilizaba en el tabernáculo de Moisés, era de oro, lo cual indica que nuestra vida para el Señor tiene valor. Ahora el oro está en nuestro interior, más en la transformación se manifestará lo que en realidad somos. Así como Gedeón venció a sus enemigos cuando estos vieron la luz de las antorchas escondidas en cántaros de barro, de igual manera, la luz de Cristo se manifestará plenamente en nosotros, y todo obstáculo, por insalvable que parezca, será vencido (Jue. 7:15,18).
Para que una lámpara pueda cumplir su función necesita tener una mecha, que es un pedazo de tela u otro material, por medio del cual se absorbe el aceite y es quemado. El ingrediente principal lo constituye el aceite. El aceite es figura del Espíritu Santo, el gozo, etc. La parábola de las diez vírgenes enseña sobre la importancia de mantener nuestra lámpara y depósito lleno de aceite (Mt. 25:4; Lc. 12:36).
El aceite es un producto que se extrae del fruto del olivo. Se utilizaba en la preparación de alimentos; domésticamente se utilizaba como combustible de pequeñas lámparas.También se empleaba como medicamento, aplicándolo sobre contusiones y heridas (Is. 1:6; Lc. 10:34).
En lo que respecta a la lámpara del tabernáculo, esta debía estar encendida continuamente (Ex. 35:8,14).
Como recordará, avivamiento es hacer arder o mantener encendida una llama. Es responsabilidad individual mantener nuestra vida (lámpara) llena de aceite, e iluminar a otros. La Biblia dice que somos cartas leídas por los hombres (2 Co. 3:2).
Como lámparas debemos hacer arder el fuego del Espíritu que Dios puso en nosotros (2 Ti. 1:6).
El que una lámpara se extinga significa su destrucción.
II. ¿Por qué se apaga el avivamiento?
Si a una lámpara, por descuido o negligencia, se le deja de dar mantenimiento, como consecuencia se apagará. Existen varios factores que contribuyen para que una lámpara se apague, y por ende el avivamiento.Cuando existe un desorden, en cuanto a las prioridades en la vida del cristiano, el fuego espiritual puede extinguirse. La Iglesia de Éfeso era una congregación muy activa, celosa de la doctrina, pero declinó en amor para con su Señor (Ap. 2:4).
Se puede llegar al extremo de ocuparse más de otras cosas, que buscar el reino de Dios y su justicia. El esposo de Noemí, probablemente por cambiar las prioridades, llevó a su esposa a una condición de amargura, y ella, al fallecer su esposo, volvió a Belén, la casa del pan (Rut 1:19).
Dios ha establecido un orden, Dios, familia, trabajo, iglesia, por lo cual es importante reconocer elSeñorío de Dios, para ser guiados.
La ausencia de Palabra revelada, es otro factor determinante para que se apague el avivamiento. Si no se tiene el fundamento bíblico nos podemos extraviar fácilmente, de esta cuenta el salmista declara: lámpara es a mis pies tu Palabra y luz par mi camino (Sal. 119:105).
En las Bodas de Caná el Señor convirtió el agua en vino, de la misma manera necesitamos que Él, del agua que es el palabra, nos de vino, o Palabra revelada (Jn. 2:7-9).
Cuando el estudio de la Palabra sea un deleite para nuestra vida, ella nos hará buscar más del Señor y cambiará nuestra manera de vivir. La falta del aceite del Espíritu Santo en nosotros, y sobre nosotros, hace que nuestra vida sea simple, insípida. Cuando el apóstol Pedro fue lleno del Espíritu en Pentecostés su vida ya no fue la misma. Es más, el Señor le indicó antes de ascender, que el Espíritu le ceñiría, guiándole y moldeando su vida (Jn. 21:18).
El apóstol Pablo es otro ejemplo de lo que el Espíritu Santo es capaz de hacer en una persona (Hch. 9:17,19).
Es el Espíritu el que nos hace arder, ser libres, crecer, fructificar, etc. Cuando un hijo de Dios se cree autosuficiente, mengua en su fe y llega al extremo de practicar el pecado, todo ello hace que el Espíritu se contriste y por ende, no hay fuego, todo lo contrario se produce indiferencia, resequedad, etc. La Biblia dice que si alguno ha pecado abogado tiene, es importante el arrepentimiento y proponer en su corazón no hacer las cosas que antes de caer en ese estado se hacían. Dios, al igual que al pueblo de Israel, nos llamó a disfrutar una vida abundante y no una apariencia de vida espiritual.
Cuando nos volvemos religiosos, es decir, hacemos las cosas por rutina, oramos porque hay que orar y no por deleite o asistimos a la congregación por que ese día lo hemos venido haciendo, corremos el peligro de apagar el avivamiento. Muchos, al dejar las experiencias frescas con su Dios, solo viven de las experiencias pasadas. Recordemos que Dios es el mismo de ayer de hoy y por los siglos. El pueblo de Israel se quedó guardando ceremonias y ritos, por lo cual Dios se buscó un hombre que amara su presencia, un hombre que fuera conforme a su corazón. De esta cuenta Dios estableció un nuevo tabernáculo, el de David, quien tenía experiencias continuas con su Dios.
Conclusiones
Dios no apaga el avivamiento, por el contrario nos exhorta a mantener nuestra llama encendida.
Anhelemos intimar a Jesús y conocer cada día más del Señor.

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